El tiempo cuaresmal nos ofrece la oportunidad de ir preparándonos para celebrar la Pascua. Es un tiempo especial de interioridad, reflexión, profundización y conversión. Como nos recordaba Pablo Peralta: «Creo que la Cuaresma es un momento privilegiado para aprender a vivir la vida en toda su seriedad y posibilidades.»
El Evangelio nos invita a dejarnos conducir por el Espíritu, junto a Jesús al desierto. En la Biblia el desierto es lugar de aridez, de exigencia, de prueba, pero es también lugar de encuentro, donde Dios habla al corazón (Oseas 2,14), donde nace el Pueblo de Dios a una vida nueva (Ex 13,3). Desde esta perspectiva de encuentro y vida podemos mirar nuestra realidad personal, comunitaria y social.
Las lecturas de este día, 1 Domingo de Cuaresma, nos invita a valorar el proyecto de vida y amor que se manifiesta en la creación; Pablo nos recuerda que en Jesús se nos da la vida y la gracia que exige de nosotros apertura y disponibilidad; El relato de la tentaciones nos invita a afrontar con Jesús los desafíos que la vida nos pone por delante, dejándonos guiar por su Espíritu.
Lectura del libro del Génesis 2, 7-9; 3, 1-7:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».
Sal 50, 3-4. 5-6ab. 12-13. 14 y 17
R/. “Misericordia, Señor: hemos pecado”
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-19:
"Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron..."
Evangelio del día según san Mateo 4, 1-11:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Vivir la vida en clave de salvación
Los evangelios sinópticos colocan antes del comienzo de la misión de Jesús el relato de las tentaciones. Aunque las tentaciones estuvieron presentes a lo largo de la vida de Jesús, como lo están en nuestra propia vida.
Estela Aldave Medrano hace referencia a que, «Mateo y Lucas describen la triple tentación de hambre (con el pan), de poderes sobrenaturales (arrojarse del alero del templo) y de dominio sobre todos los reinos (que le son puesto delante).» Es interesante que el tentador prueba a Jesús utilizando pasajes de la Escritura.
También nosotros vivimos sujetos a estas tentaciones
Jesús ha ido al desierto llevado por el Espíritu, pero es una decisión que Él asume como propia. Es lógico que en este tiempo sienta hambre. La tentación es resolver un problema humano a través de algo extraordinario como transformar las piedras en pan. Jesús puede dejar el desierto e ir buscar pan, o sea resolver humanamente el problema. Hoy también podemos creer que el poder, el dinero o el saber van a resolver nuestras necesidades mágicamente.
La segunda tentación es más sutil porque pone el acento en la absolutización de sí mismo. Cuestiona nuestra propia identidad: “si eres el hijo de Dios”. Jesús vence esta tentación clarificando quien es.
Por último Jesús afronta el desafío de la ideología y la dominación invitando a reconocer que la salvación es don de Dios. Jesús nos enseñó que el camino de la gracia se da a través de la entrega y el amor como servicio. Que desde la experiencia de Jesús crezcamos y maduremos en esta entrega de la vida.
Evangelio del domingo 26 de Febrero del 2023